El Libro de Mormón/Los códigos legales y conceptos

Tabla de Contenidos

Los códigos legales y conceptos en El Libro de Mormón


Este articulo ha sido traducido con permiso de FAIR LDS por Esteban Corzo y editado por Alberto Barrios

Plantilla:Designación pregunta

Cierto número de conceptos legales antiguos bastante desconocidos en la región de José Smith son encontrados en el Libro de Mormón. En este artículo se presentan algunos de ellos.

Plantilla:Designación respuesta

Ciudades en Apostasía

Ver: El Libro de Mormón y la Guerra: Ciudades en Apostasía

“Es preferible que muera un hombre”

La experiencia de Nefi cuando se le manda matar a Labán (1 Nefi 4:1-19) tiene 2 casos muy similares en donde la escritura judía permitía que una persona muriera por el bien de un grupo de personas, y parece aprobar tal decisión. [1]

En 1 Samuel 20:1-22, leemos acerca de Seba, un israelita que se rebeló contra el Rey David, y causó que todas las tribus, excepto Judá, abandonaran su fidelidad al rey. Él fue eventualmente decapitado para que Joab, el general del ejército real, no destruyese por completo la ciudad donde se escondía.

En 2 Reyes 24:1-7 y 2 Crónicas 36:5-8 se narra acerca de Joacim, el rey de Judá que quemó las profecías de Jeremías. [2] Joacim empezó como una marioneta del rey de Egipto, y gobernó del 609 al 598 a. C. aproximadamente, cuando los babilonios se cansaron de él.

La siguiente tabla compara la experiencia de Nefi con estos ejemplos bíblicos[3]:


Elemento en común Labán Seba Joacim Gobernante en Israel que emite el juicio. El Señor El Rey David Nabucodonosor de Babilonia (hay que recordar que Jeremías estaba todo el tiempo advirtiéndole a los reyes que debían someterse a Babilonia para evitar la destrucción de la ciudad). La persona ya es culpable del crimen contra el líder. Se rehúsa a entregar las planchas e intenta asesinar a la familia de Lehi. Se rebela contra el rey. Desobedece al rey de Babilonia (véase 2 Reyes 24:1). “…Llenó a Jerusalén de sangre inocente” (2 Reyes 24:4) La persona es nombrada específicamente. Nefi encuentra a Labán, y el Espíritu le dice que el Señor lo ha entregado. Seba es nombrado (2 Samuel 20:21) Joacim es nombrado en las Escrituras. Aquellos que “entregan” a la persona son inocentes del crimen. Nefi es inocente. La ciudad de Abel es inocente (2 Samuel 20:16-19) Joacim derramó sangre inocente. La gente será totalmente destruida si no entregan a la persona culpable. La entera nación nefita (y los muletitas, como se anota en Omni 1:15-18) La ciudad de Abel estaba por ser destruida. Babilonia llega para “destruir” la ciudad.

Homicidio Justificado: Nefi versus Labán

Es claro que la elección de decapitar a Labán fue difícil para Nefi. Él escribe su registro muchos años después, y aun podemos ver cuando lo atribuló:

Y aconteció que el Espíritu me compelió a que matara a Labán, pero me dije en mi corazón: Yo nunca he derramado sangre humana. Y me sobrecogí y deseé no tener que matarlo (1 Nefi 4:10).

Nefi quiere dejar en claro que el matar a Labán fue algo sancionado por el Señor, y no fue asesinato. Él provee varios aspectos de su punto de vista en el registro.[4]

Los “Cargos” contra Nefi

¿Cuáles son los posibles “cargos” legales contra Nefi? Homicidio. La Ley de Moisés (por la cual Nefi está matando para obtenerla, irónicamente) dice:

El que hiriere a alguno, haciéndole morir, él morirá (Éxodo 21:12).

Como muchas leyes modernas, la ley bíblica reconoce que hay diferentes tipos de homicidios. El mismo capítulo continúa diciendo:

Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré el lugar al cual ha de huir. Pero si alguno se ensorberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera (Éxodo 21:13-14)

Esto se relaciona con el principio de las “ciudades de refugio”. Alguien que no tenía la intención de asesinar, pero cometió lo que denominaríamos “homicidio no premeditado”, estaba capacitado para huir a una “ciudad de refugio” en Israel, donde no podían ser asesinados en venganza de manos de la familia del muerto. [5]

Un aspecto clave en todo esto era la planificación previa. ¿Acaso “pretendías herirlo”? ¿Trataste de “matarlo con alevosía”, es decir, tenías un plan previo?

Así tenemos que Nefi es bastante acerca de esto: Él fue a Jerusalén, “e iba guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer”[6]

También enfatiza repetidas veces que el Espíritu le dijo que el Señor “lo ha puesto en tus manos” [7] Entonces, Nefi se ubica claramente en marco legal judío – él no planificó la muerte de Labán, no entró a la ciudad con la intención de matarlo, y el Señor simplemente “lo entregó en [sus] manos”.

Excepciones de la Ley

Dado que el Señor es el Legislador y Gobernador de Israel, Él puede ordenar a Su pueblo a matar. Tales órdenes fueron dadas y reportadas a Josué en los días de la conquista de Canaan [8], y Saúl estuvo en problemas por no terminar con un rey que Samuel le había ordenado ejecutar.[9]

Nefi toma la misma idea cuando menciona que el Espíritu lo “compelió” a matar a Labán. (véase el versículo 10). Es una palabra interesante: “Compelió”. En inglés, el Libro de Mormón utiliza la palabra “constraining”, la cual en el Diccionario Inglés Webster, publicado en Estados Unidos un año antes de la traducción del Libro de Mormón, es definida como:

“compeler o forzar; rogar con poder irresistible”, “producir en oposición a la naturaleza” [10].

Tenemos que concluir que el mandato del Espíritu era a la vez abrumador y totalmente ajeno a la inclinación personal y el carácter de Nefi, y solo lo hizo porque el Señor lo mandó “irresistiblemente”.

¿Labán era digno de morir?

¿La muerte de Labán es del tipo que podamos imaginar la sentencia del Señor? Antes se mencionaron algunos ejemplos de otros hombres inicuos que fueron muertos para “salvar” a su comunidad. Además, Nefi declara como testimonio el comportamiento de Labán bajo la Ley Judía, de manera que Labán ya debía hacer sido condenado a muerte:

1. Labán “había intentado quitarme la vida”. Envió siervos a matar a Nefi y sus hermanos. [11]

2. Labán “no queria escuchar los mandamientos del Señor”. Él no iba a dar las planchas de bronce, y no haría caso a las advertencias y mandamientos que Lehi había declarado antes de huir.

Esto es una violación fundamental al convenio bajo el cual podían vivían los judíos en la tierra de Jerusalén:

Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia. En persona le dará el pago (Deuteronomio 7:9-10).

3. Labán pronunció falso testimonio contra Lamán y Lehi, por lo menos.

Como un importante hombre del ejército, Labán pudo haber sido el que llevó la sentencia de muerte sobre Lehi por la “traición” de profetizar la destrucción de Jerusalén (¡Jeremías aprendería cuánto enojaría esto a los líderes políticos!). No es difícil imaginar así porqué Lamán y Lemuel murmuraron por tener que tomar las planchas de este hombre.

El negar que alguien fuera un profeta verdadero era equivalente a decir que merecía la muerte:

Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 213:5)

El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. (Deuteronomio 18:20)

Esto no es un cargo vago – si Labán estaba involucrado en decir que Lehi (y Nefi) eran falsos profetas (lo cual debe ser, dado que no les dio los registros los cuales, según ellos, el Señor les mandó conseguir), entonces él está “diciendo falso testimonio”. ¿Cuál es el castigo para eso en Israel?

Los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y si hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano, y quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 19:18-19)

Así que si alguien que decía falso testimonio causaba un castigo sobre alguien, esa misma persona había de recibir este mismo castigo en cambio del acusado. Al rechazar a los profetas verdaderos, Labán autorizó su propia ejecución, y bajo la Ley, este era el castigo que merecía.

Labán también acusó a Lamán de ser un ladrón [12], lo cual era una acusación sería:

Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga alguna cosa de estas, y que no haga las otras, sino que comiere sobre los montes, o violare la mujer de su prójimo, al pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no devolviere la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos e hiciere abominación, prestare a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será sobre él. (Ezequiel 18:10-13)

4. Labán “además, se había apoderado de nuestros bienes”.

Labán no solo había acusado falsamente a Lamán de ser un ladrón, con el riesgo a la vida de Lamán que venía involucrado, sino que Labán era de por sí un ladrón: Él tomo los bienes de ellos por la fuerza y amenazando de muerte.

Un ladrón tomado en el acto no se consideraba homicidio[13]: Se podría llegar a argumentar que Labán estaba participando en el “robo” en proceso, ya sea de los bienes de Lehi o de las planchas que sus hijos intentaron “comprar”. Uno de estos elementos debe ser procesión de la familia de Lehi; el que Labán haya tomado su tesoro sin dar las planchas que querían a cambio, además de sus intentos por matarlos, hacen de él un ladrón y digno de la pena de muerte según la Ley Judía.

Saqueadores y Ladrones Comunes

El Libro de Mormón es frecuentemente muy cuidadoso al hacer una diferencia entre lo que llamaríamos un “ladrón común” y un “saqueador”, y esto refleja sus bases antiguas[14]. Un “ladrón común” toma los bienes ajenos de manera secreta o por engaño, mientras que un “saqueador” en tan solo un poco más que un proscrito, alguien que toma los bienes ajenos por medio del asesinato, el forcejeo y técnicas similares.[15]

Los ladrones comunes simplemente eran multados bajo la Ley de Moisés, a no ser que vendieran a un israelita como esclavo (en tal caso, eran sentenciados a muerte, lo cual no es irrazonable, ya que habían “robado” una vida humana)[16]. Es más, se sobreentendía que un ladrón común era alguien que robaría porque estaba hambriento o de algún otro modo necesitado, por lo tanto la misericordia era ejercida (no obstante, siempre se le requería compensar como castigo).

En el Libro de Mormón, a los ladrones comunes se les imponía pagar sus deudas del mismo modo, y sólo se les consideraba “saqueadores” si no presentaban una compensación justa [18].

En contraste, todos los lectores recuerdan a los Ladrones de Gadiantón, verdaderos saqueadores, para los cuales la conversión al Evangelio o la exterminación eran las únicas opciones, dado que estos eran bandas armadas que robaban bienes por la fuerza y la coerción.

Guerras y Asuntos Legales

Ver: El Libro de Mormón y la Guerra: Aspectos Rituales

Notas


  1. John W. Welch y Heidi Harkness Parker, "Better That One Man Perish," Insights (June 1998): 2. off-site
  2. Jeremías 36
  3. Diagrama original tomado de John W. Welch y J. Gregory Welch, Charting the Book of Mormon: Visual Aids for Personal Study and Teaching (Provo, Utah: FARMS and Institute for the Study and Preservation of Ancient Texts, 1999), chart 115. ISBN 0934893403. (El permiso para esta versión digital fue aprobado para reproducción y distribución sin ánimo de lucro, si se incluye el aviso de copyright intacto y sin alterar.)
  4. John W. Welch, "Legal Perspectives on the Slaying of Laban," Journal of Book of Mormon Studies 1/1 (1992): 119–141. off-site PDF link wiki
  5. Véase Números 35:25, las ciudades son establecidas en Josué 20.
  6. 1 Nefi 4:6.
  7. 1 Nefi 4:11, 12, 17.
  8. Josué 6:17-21 y Josué 8:26.
  9. 1 Samuel 15:2-3, 14-26.
  10. Webster's American Dictionary of the English Language (New York: Converse, 1828). Traducción libre responsabilidad del traductor para FAIR Wiki en español.
  11. 1 Nefi 3:25.
  12. 1 Nefi 3:13.
  13. Éxodo 22:2.
  14. John W. Welch y Kelly Ward, "Thieves and Robbers," in Reexploring the Book of Mormon, edited by John W. Welch, (Provo, Utah: FARMS, 1992), 248–249. ISBN 0875796001 off-site FAIR link GospeLink Véase también Bernard S. Jackson, "Some Comparative Legal History: Robbery and Brigandage," Georgia Journal of International and Comparative Law 1 (1970): 45-103; Bernard S. Jackson, Theft in Early Jewish Law (Oxford: Clarendon, 1972); and Bernard S. Jackson, Principles and Cases: The Theft Laws of Hammurabi, in Essays in Jewish and Comparative Legal History (Leiden: Brill, 1975), 64-74. Para un examen completo acerca del trato legal sobre los saqueadores y sus técticas en el Libro de Mormón, véase John W. Welch, "Theft and Robbery in the Book of Mormon and Ancient Near Eastern Law," F.A.R.M.S. Working Paper, 1985.
  15. John W. Welch, "Law and War in the Book of Mormon" in Warfare in the Book of Mormon, edited by Stephen D. Ricks and William J. Hamblin (Salt Lake City: Deseret Book and FARMS, 1990), 86–87. ISBN 0875793002. GospeLink GL direct link
  16. Éxodo 22:7-9.
  17. Provervios 6:30.
  18. Alma 11:2.