Pregunta: ¿Por qué los Santos de los Últimos Días (de habla inglesa) utilizan la versión del Rey Santiago (King James) de la Biblia?

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Pregunta: ¿Por qué los Santos de los Últimos Días (de habla inglesa) utilizan la versión del Rey Santiago (King James) de la Biblia?

No hay nada en la política de la Iglesia o en la enseñanza oficial de la Iglesia que prohíba a los Santos de los Últimos Días leer otras traducciones de la Biblia en su estudio personal

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días utiliza la versión autorizada (Rey Santiago) como su Biblia oficial. Algunas de las razones incluyen:

  • Continuidad histórica con la restauración, ya que la la versión del Rey Santiago fue utilizada por la primera generación de profetas y miembros de la iglesia.
  • El Libro de Mormón se basó en el texto de la versión del Rey Santiago. Los paralelos y las alusiones a conceptos bíblicos son tanto más fáciles de reconocer en esa versión que una traducción más moderna.
  • Los líderes de la iglesia sienten los beneficios de la estandarización, por ejemplo, así se evitan disputas inútiles sobre qué miembro tiene la Biblia “mejor” traducida.
  • Desde el punto de vista teológico, la Iglesia no está de acuerdo con algunas tendencias modernas presentes en algunas traducciones bíblicas (por ejemplo, la eliminación de las referencias a los oficios del sacerdocio rechazados por algunas denominaciones, el lenguaje sin género explícito cuando se refieren a Dios, etc.).

Sin embargo, no hay nada en la política de la Iglesia o en la enseñanza oficial de la Iglesia que prohíba a los Santos de los Últimos Días leer otras traducciones de la Biblia en su estudio personal. A decir verdad, muchos lo hacen.

Las traducciones siempre muestran claras preferencias teológicas en el proceso traductor

Los críticos McKeever y Johnson escriben sobre la posición de los Santos de los Últimos Días:

Dudo que muchas de las traducciones modernas hayan sido producidas por personas sin principios que querían mantener oculta la verdad de Dios. En realidad, es todo lo contrario. La motivación detrás de una nueva traducción es, en la mayoría de los casos, dar una idea más clara de lo que Dios quiere revelar a su pueblo. Concedido. Algunas traducciones están más cerca de cumplir esta meta que otras.[1]

Esto es, desde luego, solo parcialmente correcto. Consideremos, por ejemplo, la versión popular de la Nueva Traducción Viviente. En su introducción se lee lo siguiente:

Los traductores han hecho un esfuerzo consciente para proporcionar un texto que el lector promedio de inglés moderno pueda comprender fácilmente. Con este fin, hemos empleado el vocabulario y las estructuras de la lengua utilizados por la persona promedio. El resultado es una traducción de las Escrituras adaptada al nivel de lectura de un estudiante de secundaria.[2]

Un poco antes, ellos admiten que existe un sesgo en la traducción. Esta traducción fue elaborada por "noventa estudiosos evangélicos... comisionados en 1989 para comenzar la revisión de la Biblia Viviente".[3] Esto está bien si usted es evangélico pero, si no es así, entonces la traducción muestra claras preferencias teológicas en el proceso traductor. La versión del Rey Santiago, la Nueva Versión Internacional, y todas las demás traducciones generalmente vienen cargadas de una perspectiva teológica en la traducción del texto. Algunos reciben muchas más críticas que otros (como, por ejemplo, la Traducción del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová). La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha elegido la versión del Rey Santiago como su Biblia oficial. Los motivos de esta elección sirven un doble propósito. En primer lugar, se trata de una traducción muy respetada y de fácil acceso (aunque sea un poco antigua). En segundo lugar, esta era la única traducción de la Biblia al inglés disponible para los primeros líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de modo que todas sus citas bíblicas han sido tomadas de ella.

Notas

  1. McKeever and Johnson, Mormonism 101, 101.
  2. Holy Bible New Living Translation (Wheaton, Illinois: Tyndale House, 1996), xvii.
  3. Ibid., xv.


Notas


Traducido por Elena Blanch .